Si crees que tuviste un día duro, espera a sentir lo siguiente...




En un estudio reciente se encontró que las sensaciones físicas se traducen a percepciones sociales. Los científicos encontraron que lo que una persona percibe a través del tacto, sea duro o suave, áspero o liso, pesado o ligero, causan un fuerte impacto sobre cómo la persona percibe acontecimientos e interacciones que pueden no tener relación con el objeto percibido. En la selección del personal, inconcientemente se preferirá a quien entregue un curriculum en un material pesado; después de tocar superficies ásperas, las relaciones sociales pueden verse como difíciles y complicadas. Otro caso es el de los negociadores, cuyo ambiente se ve favorecido si el cliente está sentado en una silla cómoda.
Los resultados demuestran que las diferencias sutiles en las sensaciones táctiles pueden influenciar en nuestras impresiones y decisiones, aún cuando la gente o los acontecimientos no guarden relación alguna con lo que se está tocando.
Mucha gente asume que la exploración de nuevas cosas se da sobre todo a través de los ojos. De ahí la frase “de la vista nace el amor”, sin embargo vale la pena apreciar el poder del tacto. ¿Quién no, al ver algún objeto nuevo, extiende su mano y pide verlo? Esta reacción tan natural es una prueba de que nuestras percepciones son una suma de ver, sentir, tocar y manipular los objetos desconocidos.







Los resultados explican además algunos de nuestras interacciones sociales más comunes. Por ejemplo saludar implica el tacto, es decir los apretones de manos y besos en la mejilla; y es un hecho que de una manera inconsciente pueden tener influencias críticas en nuestras interacciones sociales.  Si estos mensajes táctiles son tan fuertes como este estudio sugiere, en asuntos serios se pueden aprovechar algunas señales pequeñas.

¿Eres negociante? ¿Buscas trabajo? O si  simplemente te interesa la comunicación interpersonal, deberás considerar revisar las sillas primero.


Imagen: Un día duro. de Daniel Garcia. Óleo sobre lienzo, 2009


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