Pues sí, hoy salió una nota en la BBC en la que se menciona una vez más el consumo de la carne de ese carismático mamífero. En esta ocasión se habla de un cargamento de 60 toneladas. Al parecer, Japón ya cuenta con licencia para importar este lote de carne proveniente de Islandia. Este último país no tiene un mercado interno para ese lote y de momento Japón sólo lo almacenara en congelación para un uso futuro. Aunque la venta de carne de ballena está prohibida por las Naciones Unidas y por la Convención de Comercio Internacional es Especies en Peligro (CITES, por sus siglas en inglés), estos dos países, junto con Noruega, han involucrado una serie de mecanismos para hacerlo legal y salir exentos de los tratados. Por otro lado, Japón hace años que caza ballenas justificado a través de fines científicos. Sin embrago, organizaciones como Greenpeace han hecho notar que son trucos para disfrazar la cacería. En Japón es normal encontrar comercios y restaurantes que vendan productos derivados de la carne de ballena así como propaganda al consumo de esta carne argumentando propiedades nutricias benéficas. Algunos estudios han demostrado que las ballenas acumulan en su músculo metales como le mercurio, así que al parecer la contaminación algún día también le llegará a los consumidores de ballenas.